La ópera te relaja pese a que no te guste
- Equipo de Transnacionales
- 12 jul
- 1 Min. de lectura

¿Te ha pasado que estás en una sala, suena una voz potente en italiano y piensas: “esto no es lo mío”? No estás solo. A muchos no les atrae la ópera, ya sea por el idioma, la duración o la intensidad emocional. Sin embargo, lo curioso es que, incluso si no eres fan, la ópera puede tener un efecto calmante en ti.
Estudios en neurociencia han demostrado que ciertas frecuencias vocales, ritmos lentos y armonías complejas estimulan regiones del cerebro asociadas con la relajación y la reducción del estrés. Y sí, la ópera —pese a su dramatismo— suele tener esos elementos. Las voces líricas, al estar entrenadas para proyectar con potencia y control, crean una vibración que el cuerpo percibe como un masaje sonoro.
Además, muchos fragmentos de óperas famosas, como los de Puccini o Mozart, tienen pasajes melódicos y envolventes que inducen a un estado de calma similar al de la música clásica instrumental, aunque no entendamos una sola palabra del libreto.
Así que la próxima vez que escuches un aria y sientas que "esto no es lo mío", dale unos minutos. Tu cuerpo puede estar disfrutándolo más de lo que tú crees. A veces, la música no necesita gustarnos para hacernos bien.
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